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20 junio 2010

ENSUCIARSE LA LENGUA

Creo que a esta altura del seminario, anunciar el visionado de una película despierta el interés de todos los participantes: ya desde el título podemos anticipar una trasgresión de los parámetros académicos de comunicación.
En una muestra más de uso apropiado de la tecnología, el equipo orienta nuestra mirada:
• Registrar palabras y momentos que hacen eco en nosotros alejándonos de “un orden explicador” en investigación

• Interpretar desde el punto de vista metodológico el título y el trabajo sobre la lengua que la película despliega

• Reconocer el momento del diseño que está presente al decir “recorrer la ciudad siendo ladrón de imágenes, cazador de instantes, buscador de palabras”

• Desde lo que la película impacta en cada uno de nosotros ¿Qué es conocer desde otra forma?

Un grupo de estudiantes universitarios viaja a Tirana, con sus profesores: no buscan un consumo relativamente cómodo de sensaciones, ni siquiera buscan algo específico, ni lo que desearían ver, sino que se dejan llevar por las calles, los lugares, la gente…Recorridos a pie de los entornos en cuyas particularidades se van dejando embeber.
Este proceso de indagación de la realidad implica una transformación personal, asimilable a la experiencia que aporta viajar. Por este motivo, puede ser exterior pero sobretodo es interior. Y su principal vehículo es el lenguaje –dice Garrigós[1] - no como el instrumento de comunicación que usamos para intercambiar señales o datos en nuestro trato con máquinas o con sistemas sino como el medium de la experiencia.
Es como si, para acceder a esa experiencia que se menciona, fuera necesario despejar el terreno y permanecer un tiempo a la espera. La primera tarea sería entonces desembotar la principal capacidad humana desde la cual recrear los lazos de la experiencia, esto es, la atención.
En esa vía, el aprendiz renuncia a controlar y procura hacerse disponible a lo que estudia.




La realidad es una asignatura que se aprende en la experiencia y en la comunicación de la misma, mediante la lengua que le es propia, pero que cada uno hace suya en el camino transitado. Asignatura en la que no fueron preparados en el ámbito académico y por eso se encuentran con “un mapa vacío”, cuyos caminos no delineados hay que caminar sin un itinerario demasiado preciso, procurando un ritmo en que los pies, la mirada y la escritura se acompasen en la captación de lo que sale al paso.



A veces, agresivo a los sentidos – como el vertedero- u hostil en el contacto –como los gitanos- pone en juego la posibilidad de trabajar sobre ese entorno “inapropiado, inapropiable”. Y luego, el cansancio del cuerpo y del alma conspiran contra la propia capacidad: “no sé leer otra cosa que mi propia incapacidad de leer”.
El cansancio de ver… el no querer ver…el querer saber… agudiza otros sentidos para capturar la naturaleza de los lugares.
Imágenes visuales, auditivas, táctiles… los lenguajes y sus sentidos… las personas y demás habitantes, de a poco empiezan a conformar cierta trama donde la ciudad se constituye como la gran protagonista.
Tirana es captada a través de disímiles metáforas: leer la ciudad-el gran objetivo- implica interpretar ese lenguaje para la formulación de nuevos conceptos.
Estos aspectos de la película de Jorge Larrosa dan cuenta de un diseño metodológico que no pretende explicar Tirana sino narrarla desde una mirada propia que sabe escuchar las otras.


“…recorrer la ciudad siendo ladrón de imágenes, cazador de instantes, buscador de palabras…”: observación y registro aparecen como las técnicas básicas.

¡Lástima que nuestro posgrado no contemple una experiencia de aprender a investigar en el campo, junto con nuestros profesores!
Entonces, ha sido un excelente recurso mostrarnos este momento del proceso de investigación, mediado por la cinematografía, para ayudarnos a volver, enriquecidos, al diseño de nuestro propio proyecto.

[1]http://www.laertes.es/mensajes.pdf